
Cuando estaba estudiando la Licenciatura en Recursos Humanos recuerdo que por lo general en las clases nos planteaban situaciones en dónde nosotros como estudiantes debíamos elegir una solución entre alternativas bastante complejas.
Cuando hablabamos de reclutamiento hacíamos casos en dónde se presentaban 3 o 4 candidatos totalmente diferentes para cubrir una determinada vacante. Por lo general teníamos sólo información básica como su edad, escolaridad, años de experiencia y cuando bien nos iba teníamos datos relacionados a su vida personal tales como su estado civil y si tenía hijos o no.
Al momento de descartar, nosotros como jóvenes éramos muy crueles o quizá nuestra inexperiencia nos hacía tomar decisiones basadas en lo que los maestros nos contaban que se hacía en la práctica real.
Recuerdo una clase que uno de los candidatos era una mujer que tenía hijos y el motivo de rechazo fue que por tener hijos probablemente iba a tener que pedir permisos por diferentes razones como juntas de los niños, enfermedades o demas situaciones presentadas cuando una persona tiene hijos.
Hoy, a unos días del día de las madres recuerdo esos días y me doy cuenta de lo mucho que estábamos equivocados nosotros como alumnos y los maestros que en su momento nos hicieron creer que era cierto ese argumento.
Al día de hoy, mi equipo compuesto de mujeres encuentro en dos personas a dos mujeres con hijos que día a día demuestran que ser una colaboradora, empresaria o emprendedora mujer y sobre todo mamá es mucho más difícil que solo ser colaborador, empresario o emprendedor.
Y pensemos el por qué una mamá es una super opción para contratar y confiar en ella. Si iniciamos pensando en su perfil por lo general las mamás se ven obligadas a madurar, en el caso de que sean jóvenes, por la gran responsabilidad que llega acompañado de un hijo además por lo general son responsables, cuidadosas de los pequeños detalles, atentas, con habilidades sociales para detectar cualquier cambio de humor de los hijos y sobre todo con una gran capacidad de seguimiento sin contar su energía casi inagotable.
Considero que los reclutadores y empresarios debemos ser conscientes que para generar un sentimiento de pertenencia no basta sólo con dar un empleo o un sueldo, independientemente de la cantidad que sea, sino que también debemos preocuparnos por apoyar a nuestro equipo porque es ahí cuando se genera una fidelidad o el famoso “ponerse la camiseta de la empresa”
Y no, no lo digo sólo por las fechas que se avecinan, lo escribo porque me siento afortunado de contar con una socia que tiene hijas pequeñas y la veo esforzarse todos los días buscando un objetivo en común y siempre procurando a su familia así como una colaboradora que en cuestión de esfuerzo no tiene comparación puesto que su motivación de trabajar proviene de buscar darle lo mejor a su familia.
¿Por qué una empresa no contrataría a una mujer que tiene hijos?
Con dedicatoria especial para Claudia Velázquez y Lizete Aguilar, integrantes invaluables de PCH talento con valor.